Del departamento de automotores

Despues de negarme durante dos anos y medio a pasar por la burocratica mision de sacar un id en NY, decidi ir hoy al Departamento de Automotores para emprender dicha tarea. La verdad es que con los nuevos desarrollos en materia de inmigracion conviene el tener algo con que identificarse, teniendo en cuenta lo engorroso de cargar el pasaporte. Siempre esta por supuesto, la posibilidad de pedirle al oficial de policia que lo acompane a uno a su apartamento donde podra mostrarle la respectiva visa de trabajo, corriendo el riesgo que al buen hombre no se le de la gana y termine uno por un vericueto gubernamental en un avion hacia el aeropuerto internacional de Tijuana.

Busque en internet la oficina mas cercana, con el resultado de ser Broadway con 34. Me dirigi a dicha oficina, en las cercanias de Macys, donde turistas paseaban en bermudas, chancla y camiseta pese a los 10 grados centigrados, la lluvia y neblina que ha atacado a la gran manzana en los ultimos dias. Subi a la oficina en el piso 8.

Alguna vez en mis tiempos de periodista fui a una institucion del sector publico localizada en el CAN en Bogota. Enorme y vetusto edificio de muebles viejos, escritorios de lata color azul cielo caracteristico, atendido por su propietario, un costeno bonachon algo nervioso ante la presencia de los periodistas. Despues de un par de preguntas en la entrevista, pidio que volvieramos en un par de dias para poder "estudiar" un poquito el tema: "lo que pasa es que me cogen un poquito desinformado.." A proposito, nunca mas volvio a aparecer; o mejor dicho "maj nunca" volvio a aparecer. Pues bien, el piso 8 y la agilidad de sus funcionarios me recordo a este edificio.

Despues de un par de horas de hacer una larga fila debido a que tan solo una funcionaria atendia la concurrida cola, llego mi turno. Por supuesto tuve numerosas dificultades debido a la combinacion de apellido paterno y materno con primer y segundo nombre que confunde enormemente a la mayoria de funcionarios en estas latitudes. No obstante pude presenciar tambien fuertes roces entre los miembros de la fila, debido al largo tiempo de espera. Entre ellos, una mujer de grandes proporciones que amenazaba a otra debido a un roce del codo de esta con una de sus generosas glandulas mamarias. Pero finalmente pude salir avanti con mi identificacion provisional.

Hacia ya mucho tiempo, que no sentia esa satisfaccion de culminar exitosamente una diligencia kafkiana de este tipo. Salgo del piso 8 con la frente en alto cuatro horas despues de haber entrado, victorioso. Me siento como Jim el de Mision Imposible, en esa ultima escena cuando el y su equipo huyen en helicoptero de algun pais bananero mientras que el malo del episodio ve derrumbar en un instante su imperio de delincuencia. Siento aplausos a mi alrededor, el sol sale, para de llover.