Del futuro televangelista
Después de haber experimentado los dos dias de huelga de transporte público en NY, en el cual pude obervar los más inverosímiles velocípedos siendo utilizados a las mas heladas temperaturas, me uní a la masiva operación "retorno" en la cual miles de colombianos vuelven a su lugar de origen a pasar las últimas semanas del año.
Para la gran mayoría de mis compañeros de viaje, las fiestas comienzan oficialmente con el primer guaro en el avión acompañado del primer comentario socarrón a la azafata. Sin embargo, mi vecino en la silla de avión parece ser una excepción a la regla. Pues bien, esta vez me tocó un evangelista dueño de su propia iglesia. No solamente un verdadero ejemplo del emprendimiento colombiano en los Estados Unidos sino además de todo, un santo varón.
Sin embargo lo particular del asunto es que el religioso es propietario también de un estudio de grabación, el cual parece ser la actividad central de su iglesia. Nos cruzamos pocas palabras, pero pude oir toda la parafernalia de la operación ya que la contó durante gran parte del vuelo a la caleña del pasillo. Parece ser que el estudio de grabación es una verdadera mina de oro y ya pronto el santo hombre podrá saltar a las grandes ligas: el televangelismo.
Aterrizamos, y por supuesto el avion estalló en un gran sonoro aplauso, mientras que el televangelista entonaba las primeras estrofas de "Colombia tierra querida, himno de fe y alegria..".