Sunday, October 30, 2005

De las navajas suizas

Alejándose un poco de su tono tradicional, Casabianca reflexiona sobre lo que fue su vida en Zurich.

Dos años después de haber partido de Zurich, vuelvo a esta ciudad. Siento que nunca viví aca y que nunca me fui. Sigue siendo tan hermosa, arrogante, y altiva como hace dos años. El mundo se mueve poco en Zurich, quien permanece inmune al paso del tiempo.

Retomé mi tradicional protocolo de las tardes en los domingos. Lo unico que ha cambiado es la pequeña tienda de productos de la India donde ya no venden las tarjetas de llamada internacionales. Subi al Lindenhof, donde los jubilados siguen jugando interminables partidas de ajedrez. Vi a los amigos helvéticos del pasado quienes continúan quejándose de las pequeñas fallas de este sistema a prueba de fallas. Su natural ingenuidad a consecuencia de sus inmensas buenas intenciones continúa intacta. Su humor, bastante extraño y ajeno a mi.

Recuerdo el gran vacio que senti el primer dia que llegué a Zurich cuando me di cuenta que el corazon se quedaba en Bogota. Recuerdo lo feliz que fui mientras viví aca, y lo horrorizado que me sentí de mi tranquila vida, cuando estuve de vuelta en Colombia.

He perdido el poco alemán que logré aprender, y me resigno ahora a preguntar sprechen sie englisch? antes de comenzar a hablar.

Disclaimer

  • Me gustan los podcasts. Ojalá hubiera un gran podcast de La Luciérnaga.
  • ¿Donde hay un gran ajedrez de piso en Bogotá?
  • ¿Hasta cuándo seguiré castigado por mis impertinentes comentarios en el blog de Montenebro?
  • ¿Habrá encontrado La Changua (realizar respectivo movimiento de labio inferior hacia el lado derecho) esos "seres gregarios, pequeños grupos de amigos, seres solitarios y meditabundos"?.
  • Si usted tuviera que estar solo durante un año en una isla desierta que se llevaria? Vi un nuevo gadget en las navajas suizas: la tarjeta de memoria de 256 MB.

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Friday, October 21, 2005

De uno de los ultimos vestigios

Todos los dias camino desde la 36 con Lexington hasta Grand Central. En mi camino me encuentro con un edificio que todos los dias me hace pensar sobre uno de los ultimos vestigios de la guerra fria: la mision de Cuba ante la ONU en NY. Esta esta rodeada por rejas antimotines. En una de sus esquinas hay una caseta con un policia que lee el Daily News. La esquina se llama "Esquina Hermanos al Rescate". Tiene el letrero tanto en ingles como en espanol. No se quienes sean los hermanos y que hayan rescatado. Pero de lo que estoy seguro es que no le debe agradar a los cubanos el letrerito. Lo cierto es que es una medio fortaleza llena de rejas por todos los lados. Estan suscritos al NY Times el cual yace en el piso en frente del edificio siempre que paso por el frente. Aun no he visto a nadie entrar al edificio, pero el policia se ve un poco aburrido.

Saturday, October 15, 2005

Contrastes o de los tramites de un colombiano

Desde el martes en la manana ha llovido de manera continua (y es en serio, no ha parado ni por un momento). Pese al uso cotidiano de la sombrilla, cada dia estuve mas empapado que el anterior por efectos del viento neoyorkino el cual genera el particular fenomeno atmosferico de la lluvia horizontal.

El martes tuve que ir a solicitar la visa para Mexico y Suiza. Llegue por supuesto a los dos consulados absolutamente empapado. Fui primero al de Mexico, en la calle 39 entre Park y Madison. Afuera, en la lluvia, esperaban unos diez mexicanos de manera paciente. En una primera instancia crei que iba a tener que esperar detras del decimo. Sin embargo pregunte y un sonriente policia me dejo pasar de manera inmediata. Adentro se hacinaban aproximadamente unos 100 mexicanos tramitando algun documento en compania de su esposa y sus hijos. Procedi al tercer piso por unas escaleras viejas y algo sucias, donde finalmente obtuve mi visa para Mexico despues de un par de meses de diferentes tramites tanto en NY como en Mexico D.F. Sumamente cordiales, eso si.

Despues me dirigi hacia el consulado de Suiza, el cual queda en la Avenida 3a entre calles 39 y 40. Llegue a un moderno edificio. Subi al piso 30. No habia absolutamente nadie en el consulado, el cual era adornado por varios cuadros de arte moderno y donde habia una comoda sala en la cual espere hasta ser llamado por una muy seria ciudadana de la Confederacion Helvetica. Me pidio los documentos para tramitar la visa. Me faltaba llenar la solicitud, por lo cual tuve que alejarme hacia un area previamente designada para realizar estos menesteres. Por la ventana observaba una de las mejores vistas del edificio Chrysler. Una vez lo complete le entregue nuevamente mis documentos. Me menciono que en la carta de la empresa no se explicaba de manera literal que absolutamente todos mis gastos serian pagados por ellos. No obstante la carta era expedida por mi compania quien solicitaba me tramitaran una visa para un viaje con fines de negocio. Como se que en estos casos es mejor no discutir entonces acepte mi yerro.

Tuve asi que alejarme a otra area previamente designada para el uso de telefonos celulares donde pude llamar y pedir realizar las gestiones respectivas para agregar esta frase en la carta, la cual fue enviada via fax al consul. Dicte la carta por telefono y unos cuarenta minutos despues me otorgaban la visa y me deseaban buen viaje con un frio gesto que algunos podrian interpretar como una sonrisa.

Sali a la calle, donde por supuesto seguia lloviendo. Tengo entendido que para Bolivia (pais de entranable carino y memorables recuerdos para Montenebro del Mar) no tengo que pedir visa, por lo que por lo pronto no tendre que asistir al consulado boliviano. Es sabado, y la lluvia se ha detenido.

Thursday, October 13, 2005

De lo que se acaba y de lo que permanece

Cuando estuve en Bogota hace unas cuantas semanas, pase por el frente de Music Factory, el reconocido bar que tocaba rock del bueno y las mejores canciones de los 80's. El sitio estaba derruido y resquebrajado y por supuesto a la venta para que pongan algun almorzadero o club de reggeton. Parece (aunque no estoy seguro) que Gotica tambien se acabo. El mas contemporaneo Miranda parece haber desaparecido.

Sin embargo permanece "El Ovejo", sitio de encuentro de la fauna pseudo-mamerta. Resulta ser que todo es efimero, salvo lo pseudo-mamerto, lo cual perdura en el tiempo. La mochila no pasa de moda, nuevas ediciones de Rayuela continuan imprimiendose y las canciones de Silvio Rodriguez continuan expandiendose ahora por los IPODs del mundo.

Disclaimer

  • Jorobado lo estuvimos buscando, pero al parecer cambiaron el telefono en Notre Dame.
  • Seguira abierto el Viejo Almacen? Escobar Rosas?
  • Me le mido al paseo de despedida de la juventud.
  • La gira de Casabianca en Noviembe: Zurich (Suiza), Santa Cruz (Bolivia), Bogota y Medellin (Colombia), Washington (EEUU).


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Sunday, October 09, 2005

De los acontecimientos en un tren varado

Desafiando las hordas policiacas que se desplegaron en las diferentes estaciones a consecuencia de un líquido verduzco encontrado en una botella de coca cola, decidí tomar un tren Amtrak hacia Boston el viernes pasado.

Aunque un poco oneroso, el tren se veía sumamente cómodo. A las 7.30 pm me acomodé en mi asiento para dormir unas 4 horas, antes de llegar a esta ciudad. Todo iba bien hasta que a eso de las 10 pm el tren se varó. Inicialmente se pensó que el entuerto duraría tan solo unos minutos. Sin embargo, el daño tomó mayor seriedad y se procedió a llamar un tren de rescate el cual demoraría un par de horas en llegar.

En medio de la prolongada espera, la escasa batería del tren se agotó, por lo cual se tuvo que apagar las luces y también el aire acondicionado. La locomoza (dícese de la colega terrestre de la aeromoza que trabaja en locomotoras) anunció por el altoparlante : "We apologize for the inconveniences, but we are forced to turn off the airconditioning. Please do not hurt me when i walk through the corridors."

A los pocos minutos, el caos y desespero se desató en el vagón en el cual yo viajaba. Universitarios que viajaban hacia Boston, en un acto milagroso, multiplicaban de la nada latas de cerveza (por supuesto no compartían), mientras que varias adolescentes sudorosas entonaban canciones de bar gringo (i.e. sweet caroline oh oh oh......). Varios pasajeros más entrados en años, pidieron bajarse del tren de manera momentánea para por lo menos tomar un poco de aire fresco. Sin embargo, fue en ese momento que me di cuenta que el tren se había varado en un puente encima de un río. El bajarse del tren estaba, por supuesto, fuera de discusión. Mientras las personas de más edad hiperventilaban, el alcohol corría por los corredores.

Al frente de mi silla una pareja de prepúberes aprovechaban el desorden para hacer de las suyas. Llama la atención el hecho que al parecer a ambos se les desató una urgencia gastrointestinal al mismo tiempo, por lo que tuvieron que entrar al baño... al mismo tiempo.

Y así pasaron las horas hasta que por fin llegó el otro tren. Los viejitos pudieron respirar tranquilos mientras que los demás entraron a un sueño profundo para dormir la rasca. Llegué finalmente a Boston a las 3.30 am del sábado absolutamente destruído y con la firme convicción que la vida no es justa. Me devolví el domido a las 4 pm en el menos costoso bus de Chinatown.

Wednesday, October 05, 2005

Shaken not stirred

En compania de algunos quienes comparten conmigo el cotidiano sufrimiento del commute, fuimos brevemente a The Campbell Apartment, un bar literalmente escondido en una de las esquinas del segundo piso del Grand Central Terminal.

Me llamo la atencion la existencia de una bebida llamada Dirty Martini. Ante lo extrano del nombre, no dude ni por un segundo en pedirlo. Minutos despues el barman lo dejaba encima de la barra. Este trago tenia, por supuesto, un color marron turbio, olor sumamente caracteristico y microparticulas que flotaban con vida propia en el recipiente. En pocas palabras un menjurje que bien podria resultar la mezcla ideal para aquel quien quisiera poner en practica la generacion de vida espontanea.

El sabor por supuesto no podia ser mejor que la apariencia, y en consecuencia tan solo pude tomar un sorbo antes de dejarlo en la barra casi intacto. Debi saberlo antes, no por algo dice el dicho que "perro viejo, late 'echao".